Arquitectura barroca en España, arquitectura barroca española o arquitectura del Barroco español son denominaciones historiográficas habitualmente utilizadas[1] para la arquitectura del Barroco que se produjo en el territorio actual de España durante el siglo XVII y los dos primeros tercios del siglo XVIII, periodo histórico correspondiente a distintas conformaciones territoriales de la Monarquía Hispánica de los últimos Austrias y los primeros Borbones.En Salamanca, Alberto Churriguera proyectó la Plaza Mayor, que fue acabada por Andrés García de Quiñones.Los Churriguera, con su estilo abigarrado y monumental, suponen un contrapunto a la sobriedad del clasicismo herreriano y abrieron definitivamente las puertas al barroco decorativo, hasta el punto de que genéricamente pasaron a designar una fase del estilo, el churrigueresco, término acuñado por los académicos en el siglo XVIII con claras connotaciones peyorativas.[3] En el siglo XVIII se dio una dualidad de estilos, aunque las cesuras no siempre están claras.Por un lado estuvo la línea del barroco tradicional, castizo o mudéjar (según el autor) cultivada por los arquitectos autóctonos y, por otro, un barroco mucho más europeo, traído por arquitectos foráneos a iniciativa de la monarquía, que implanta un gusto francés e italiano en la Corte.Retablistas y arquitectos incorporan la rocalla como motivo decorativo, aunque la emplean en estructuras de marcado carácter barroco.Su construcción fue confiado a arquitectos italianos: Filippo Juvara, Juan Bautista Sachetti y Francesco Sabatini.El ascenso al trono de Carlos III en 1759 traería consigo la liquidación del barroco.Muchas de estas obras fueron acometidas por su arquitecto predilecto, el italiano Francesco Sabatini, en un lenguaje clasicista bastante depurado y sobrio.