Dirigió un importante taller dedicado a la contratación de retablos, en el que colaboraría su hermano Ginés, pintor y dorador.
Poco a poco, sin embargo, irá abandonando esta actividad tras ingresar en 1619 al servicio de la Corona en calidad de aparejador.
Con todo, en 1625 figuraba aún en el censo del donativo al rey en compañía de escultores y tracistas, aportando una cantidad importante.
[1] Favorecido por el Conde-Duque de Olivares, en 1632 fue designado maestro mayor de las obras del nuevo Palacio del Buen Retiro, desplazando a Juan Gómez de Mora.
La iglesia sigue en su fachada directamente el modelo del monasterio de la Encarnación de Madrid, aunque la alternancia de paneles rehundidos y resaltados y los pequeños aletones rompen la estricta severidad del modelo.