Alma Tapia

Alma Tapia Bolívar (San Lorenzo de El Escorial, 1906-México, 1993) fue una dibujante e ilustradora española.Su hermano mayor era Luis y el menor, Daniel, dos años más joven que ella, se convertiría en escritor.Alma fue educada en el Instituto-Escuela de Madrid[1]​ y destacó por ser una buena deportista, aficionada al fútbol –por influencia de su padre, fue socia del Madrid Fútbol Club–[nota 2]​ y sobre todo al esquí, como miembro del Club Alpino Español.[2]​[3]​[4]​ Aunque no recibió una formación artística específica, pronto sobresalió como una brillante ilustradora y dibujante.Ella misma lo explicó en una entrevista que publicó Emilio Fornet: “Desde muy niña, tengo esta vocación por el dibujo.En estas viñetas se aprecia un incipiente dominio de la línea, todavía con detalles un tanto naífs.[8]​ Pocos años más tarde, en la misma revista y con la firma de Alma, dibujó caricaturas dedicadas a los “Sombreros cloche”,[9]​ las carabinas[10]​ o la aristocracia.Ilustró igualmente cuentos infantiles de escritores como José Santugini (1930),[nota 3]​ Josefina Bolinaga (1933)[13]​ y Elena Fortún (1934),[14]​ y los primeros libros de su hermano Daniel, como San Juan (1935),[15]​ editado por Biblioteca Nueva.Así lo hizo también la célebre dibujante Delhy Tejero, quien además de ilustrar para la publicación dirigida por K-Hito y titulada Macaco.[24]​ Fue el teatro un ámbito que la atrajo, tanto en lo concerniente al mencionado diseño de carteles como, ocasionalmente, en la escenografía –un ámbito en el que por estas fechas también trabajarían artistas como Victorina Durán o Maruja Mallo–.[25]​ Su interés por el teatro se incrementó a raíz del viaje a la URSS que Alma llevó a cabo entre octubre y noviembre de 1933, en compañía de su hermano Daniel, su amigo el editor José Ruiz-Castillo –antiguo compañero del Instituto-Escuela–, su amiga y estudiante de arquitectura Matilde Ucelay, Antoniorrobles y su mujer Ángeles González Palencia.[nota 7]​ Uno de los hitos madrileños que mejor evidenció el terreno ganado y que dio visibilidad a las nuevas tendencias fue el uso del Lyceum Club Femenino (LCF) como espacio de exposición.En la época se valoraba «cómo retoña en las españolas la briosidad para conseguir el éxito por medio del arte.Conocida por los periodistas compañeros de su padre, Alma fue una de las participantes más citadas en las crónicas consagradas al notorio acontecimiento, e incluso le dedicaron caricaturas como la que publicó en La Voz el dibujante Francisco Sancha, en la que retrató a su hija Soledad y a la propia Alma[39]​ (fig.No obstante, recomendaron a la comisión organizadora la compra del cartel diseñado por Tapia, al igual que los de Lozano, López Naguil, Cataluña y Espert.A no tardar mucho, los hombres seremos en cualquier actividad esa extraña minoría que eran antes las mujeres”.[53]​[54]​ Fue ese otoño cuando la artista se trasladó a Valencia, donde continuó colaborando en misiones de propaganda y donde diseñó carteles como el titulado Alistaos en las milicias aragonesas (fig.Tras pasar aquel año en Barcelona, Alma y su madre emprendieron el camino del exilio en compañía de su amiga Pilar Villalba Ruiz, quien se convertiría en su cuñada, al contraer matrimonio con su hermano Daniel.[61]​ Así, en febrero de 1939 las tres mujeres cruzaron a Francia y se instalaron en Perpiñán.[62]​ Ignacio Bolívar le transmitía por carta a la esposa de Cuatrecasas, Martha Maria Nowack, las últimas noticias sobre amigos comunes y su familia, informando de que ya tenía «en casa a Pilar y Almita más su amiga Pilar Villalba».[63]​ En abril de ese mismo año se hospedaron un tiempo en Toulouse,[64]​ pues allí vivía una tía abuela de la familia, Ana Bolívar y Urrutia, para finalmente tomar un barco a Nueva York, llamado Westerland.[68]​ Allí fueron reclamados por Daniel Tapia Bolívar, quien se había trasladado con anterioridad para buscar una vivienda digna.[83]​ Algo similar surgió dentro de la mencionada editorial Centauro, la empresa para la que la artista trabajó con más frecuencia.Para ellos Tapia creó ilustraciones de índole oriental mediante finas líneas negras, acompañadas siempre por cenefas monocromas que otorgaban color a las páginas.La colaboración con Centauro parece terminarse en 1945, pues a partir de ese año no se han encontrado más obras ilustradas por Tapia.Esta colección infantil abarcaba una extensa variedad de cuestiones referidas a la ciencia, la cultura y la sociedad.Las acuarelas fechadas en 1943 muestran, en un entorno de vegetación autóctona, a un pastor con atuendo mexicano calzando huaraches (fig.Su indumentaria coincide con la que Ballester atribuyó a la zona de Toluca en 1945,[93]​[nota 11]​ si bien el traje femenino que Tapia representa no coincide con el de Ballester, pues se deja influir por la tradición bucólica occidental.La distancia impuesta por el exilio dificultaba en la mayoría de los casos mantener las amistades con quienes se habían quedado en la España franquista.En aquellos tiempos en los que la actividad femenina de las mujeres casadas debía centrarse en la familia y el hogar, según los convencionalismos sociales, artistas como ella, Juana Francisca –casada con José Bardasano– o Elisa Piqueras –con Joan Renau– abandonaron el carácter profesional de la pintura para dedicarse al espacio doméstico[nota 12]​ y, en el mejor de los casos, al disfrute personal del arte.