Margarita Nelken

Margarita recibió una educación esmerada que se tradujo en tempranas inclinaciones hacia la pintura, las letras y la música.

Abandonó sus primeras aficiones en plena juventud para dedicarse al activismo político y social, aunque seguiría siendo siempre una destacada publicista.

Su estado actual: su posible desarrollo, un incisivo estudio feminista que causó fuerte impresión y polémica.

De hecho, es la única mujer que consiguió las tres actas parlamentarias durante la Segunda República.

[13]​[2]​ Se instaló en París, visitando diferentes países nórdicos, y posteriormente estuvo durante casi un año en la Unión Soviética.

Ambas trabajaron intensamente desde Perpiñán en la asistencia a los refugiados republicanos internados en los campos de concentración franceses en los primeros meses del exilio.

Junto a su madre, su hija y su nieta, abandonó Francia antes de la ocupación nazi.

En México se ganó la vida escribiendo, traduciendo y retomó con pasión la crítica de arte.

Durante 1948 viajó por Europa dando conferencias sobre arte latinoamericano en Ámsterdam y en París.

Con respecto a la muerte de su hijo en combate se quejaba de que la dirección del PCE en la URSS y, en particular, Dolores Ibárruri, no le hubieran comunicado la muerte a su debido tiempo.

Nelken se mantuvo asimismo activa colaborando con las tareas del exilio republicano en México y otros países.

Retomó contacto con figuras disidentes del PCE como Enrique Líster, que la apreciaba, y otras personalidades exiliadas como su viejo amigo Luis Jiménez de Asúa, exiliado en Buenos Aires y presidente de la República en el exilio tras la muerte de Diego Martínez Barrio, con el que también mantuvo correspondencia.

Margarita Nelken en Mundo Gráfico (c. 1921)
Margarita Nelken retratada por Julio Romero de Torres en 1929.