Se estima que Alejandro Magno fundó la ciudad en su marcha hacia el Indo.
Ptolomeo la rebautizó como "Alejandría del Oxo", y es probable que más tarde se la conociera como "Eucratidia" durante el Reino grecobactriano.
Los recursos minerales eran abundantes en la zona del Hindu Kush, especialmente los rubíes de Badakshan, y el oro.
Para terminar, su ubicación en la intersección de los territorios bactrianos y nómadas del norte, en última instancia, permitieron acceder al comercio con el Imperio chino.
Numerosos artefactos y estructuras han sido hallados, que indican una elevada cultura helenística, combinada con influencias orientales.
En la zona central del palacio se construyó un gran patio con peristilo, cuyas dimensiones eran 10,8 x 136,77 m. Tenía 116 columnas de piedra caliza.
También se encontraron varios fragmentos escultóricos, realizados de una forma bastante convencional y con un estilo clásico, que demuestran que las innovaciones helenísticas, bastante desarrolladas en el mundo mediterráneo, no habían calado tanto en la ciudad.
En algunos casos, tan solo las manos y los pies se hacían de mármol.
Se han encontrado varias inscripciones en Ai Janum, con un griego clásico y no barbarizado.
Se piensa que éstas constituyen los primeros intentos grecobactrianos de crear un estándar indio para acuñar monedas, ya que iban a conquistar el norte de la India.
Los griegos seguirían controlando varias partes de la India del norte bajo el reinado indogriego hasta aproximadamente el año 1 a. C., cuando los yuezhi expandieron sus territorios aún más al norte, formando el Imperio kushān.