Tras esta batalla, Scheer unió su voz a los que pedían la guerra submarina sin restricciones contra los Aliados de la Triple Entente, algo que el Káiser Guillermo II de Alemania permitió finalmente.
La marina alemana durante la República de Weimar, la Reichsmarine, lo homenajeó con la botadura en 1933 del crucero pesado Admiral Scheer.
Su primer destino en el mar fue la fragata SMS Niobe, donde comenzó a aprender navegación e ingeniería.
Asimismo, estuvo un corto espacio de tiempo en la fragata acorazada SMS Friedrich Carl, rematando su formación como cadete en una vuelta al mundo a bordo del crucero protegido SMS Hertha, circunnavegación que le llevó a los puertos de Melbourne, Yokohama, Kobe, Nagasaki y Shanghái.
[4] Tras su comisión en la Marina Imperial, fue destinado al Escuadrón de África Oriental, con el que realizó una gira entre 1884-86.
Durante esta asignación al escuadrón africano, Scheer pudo participar en el derrocamiento de un cacique pro británico en Camerún.
Entonces Scheer retornó a su patria para ser nombrado instructor del Comando de Investigación Torpedera en Kiel.
Hasta este momento de su carrera, Scheer se había labrado una sólida reputación como especialista torpedero.
Estando en Kiel pudo conocer a Alfred von Tirpitz, quien tomó nota de su experiencia.
[4] Tras ascender a capitán de corbeta, le fue asignado el comando del crucero ligero SMS Gazelle.
[1] En 1905 ya era capitán de navío y en 1907 tomó el comando del acorazado SMS Elsaß, donde permanecería dos años.
[8] Tras seis meses aquí y con solo 47 años, Scheer ya era oficial de bandera.
[14] Una vez ascendido, Scheer escribió Principios rectores de la guerra marítima en el Mar del Norte, donde expuso sus planes estratégicos.
[21] En estos primeros momentos del combate los barcos de Hipper consiguieron hundir los cruceros de batalla Indefatigable y Queen Mary, y al llegar la Flota de Alta Mar, el vicealmirante David Beatty viró al norte para atraer a los alemanes a la zona por la que llegaba rápidamente la Gran Flota, comandada por el almirante John Jellicoe.
[25] Más tarde Scheer explicó su razonamiento: Esta maniobra puso de nuevo a Scheer en una posición peligrosa; Jellicoe había movido al sur su flota y cruzado la T de su posición.
Más tarde se supo que la inteligencia alemana había calculado mal la fecha de salida de estos convoyes desde Gran Bretaña, por lo que a las 19:00 del mismo día la Flota Imperial no tuvo más remedio que poner rumbo sur hacia sus bases en el Mar del Norte.
Los cinco cruceros de batalla darían apoyo al ataque en el Támesis y los dreadnoughts se mantendrían frente a la costa flamenca.
Mientras los buques se concentraban en Wilhelmshaven surgió un serio problema: los marineros, cansados de una guerra larga y brutal que estaba perdida, comenzaron a desertar en masa.
Vista la rebelión, la orden de partir fue anulada y la operación contra los británicos cancelada.
[48] En 1928 Scheer aceptó una invitación para reunirse en Inglaterra con su adversario en la batalla de Jutlandia, John Jellicoe.