Surgido en el siglo XVII a raíz de la Paz de Westfalia, tuvo una existencia de casi 300 años; primero como condado dentro del Sacro Imperio Romano Germánico, luego como principado integrado en la Confederación del Rin, la Confederación Germánica y el Imperio alemán.
Otón murió sin dejar descendencia alguna, y el condado pasó a manos de su madre, la condesa Isabel.
Primero perdió sus exclaves o se vio obligado a venderlos.
Finalmente tuvo que ceder la mayor parte del condado a sus poderosos vecinos, los landgraves de Hesse y los condes de Brunswick-Luneburgo.
En 1681 falleció Felipe I y su condado quedó dividido entre sus dos hijos.
El segundón Felipe Ernesto se convirtió en Conde de Lippe-Alverdissen y obtuvo en herencia aproximadamente el territorio que su padre había heredado en 1613.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Schaumburg-Lippe fue integrado en el recién creado estado federado de Baja Sajonia.
En 1975 se realizó un referéndum legal para restituir a Schaumburg-Lippe el estatuto de land, pero a pesar del resultado positivo fue anulado por las instituciones estatales.