Existió como entidad única desde 1264 hasta 1567, cuando Felipe I dividió el territorio entre sus cuatro hijos.
Su territorio histórico se ubicaba en el norte y centro del moderno Estado de Hesse, en lo que actualmente es Alemania.
Durante el gobierno del landgrave Felipe I, el Magnánimo, Hesse alcanzó relevancia al abrazar la causa protestante y ser uno de los poderosos Estados pioneros defensores de la reforma, junto a Sajonia y Wurtemberg.
Como muchos Estados del Imperio, Hesse se dividió entre ramas de la misma dinastía en varias ocasiones; sin embargo, estas primeras divisiones no tuvieron continuidad.
Al no constituir un Estado unificado, la influencia de Hesse dentro del Imperio decayó significativamente.