[4] Es la seta más mortífera para los humanos, habiendo causado el fallecimiento de numerosas personas, ya que las toxinas actúan sobre el hígado y los riñones, dando lugar al fallo hepático.En 1821, Elias Magnus Fries la describió como Agaricus phalloides, pero incluyó a las amanitas blancas en la descripción.El micólogo Max Britzelmayr la llamó Amanita phalloides f. Alba,[Jordan 1] porque comparte casi todas sus características excepto el color y la época de desarrollo, ya que A. verna lo hace en primavera.[15] Presenta en el sombrero una coloración típicamente verde oliva, brillante con tiempo seco, ligeramente viscosa con humedad.Algunas formas son muy pálidas, incluso blancas.Se puede pelar fácilmente, (una característica problemática ya que se puede confundir con otras especies comestibles).Exhala un ligero olor a pétalos de rosas que se acentúa con la edad o con la desecación.El velo himenial, un anillo caído, semeja una falda que rodea al hongo, tiene unos 1 o 1.5 cm de diámetro, y está situado debajo del sombrero.[Jordan 3] Los especímenes jóvenes emergen de la tierra cubiertos con el velo universal pareciendo un huevo, el cual se rompe dejando la volva como un remanente.[Linus 1] Las láminas por otra parte se tiñen de lila o rosa con la reacción al ácido sulfúrico.Hacía el final del siglo XIX, Charles Horton Peck reportó ejemplares de A. Phalloides en Norteamérica.UU. fueron identificadas como A. brunnescens, una especie diferente pero similar a A. phalloides, por G. F. Atkinson de la Cornell University.[34] También se han visto ejemplares de A. phalloides sobre otras especies foráneas en Argentina y Chile.En Uruguay, crece habitualmente bajo las frondosas, pero no resulta extraña en los bosques de coníferas, aunque es menos común.Aparece comúnmente bajo encinares, robledares, castañares, hayedos, castaños de Indias, abedules, avellanedas, carpes, pinares, y abetales.En el hemisferio sur lo hace de enero a mayo y crece preferentemente en suelos arenosos.30 gramos de esta seta fresca o medio sombrero son mortales para cualquier adulto.[Benj.[Jordan 2][43] Además, la toxicidad no se reduce con la cocción, refrigeración o secado (véase envenenamiento por setas).Se sabe que A. phalloides tiene dos grupos principales de toxinas, los compuestos heterocíclicos (con forma anular) y los péptidos.Esta sustancia venenosa es resistente en sus efectos y son probablemente las responsables del síndrome faloidano.Este bloqueo impide que el ARN se fabrique y sirva de molde para fabricar proteínas a través del complejo ribosomal.[55] Las complicaciones, que suelen ser fatales, comprenden alteración de la presión intracraneal, hemorragia cerebral, sepsis, pancreatitis, insuficiencia renal aguda (causada como complicación de la hepatitis o causada directamente por lesiones en el riñón,[47][56][57] dando como signos visibles anuria u oliguria.Algunos autores indicaron que la Penicilina intravenosa podría actuar como antídoto específico contra la toxicidad de las Amanita.La toxicidad de ciertos hongos o setas tendría dos fases, una inmediata que no siempre aparece, de molestias gastrointestinales diversas: náuseas, dolores, retortijones, diarrea, y otra pasado el primer día tras la ingesta, que sería la toxicidad mortal.[59][60] No obstante, debido a la tardanza entre la ingesta y los primeros síntomas, es corriente que los pacientes lleguen con el síndrome bastante avanzado, reduciendo la eficacia de dichas intervenciones.5][62] Hay evidencias, también de que la silibinina, un extracto del Silybum marianum, puede ser beneficiosa para reducir los efectos del envenenamiento por oronja verde, ya que la silibinina previene la absorción de las amanitinas por los hepatocitos, protegiendo las células hepáticas no dañadas.[53][54][74] No obstante, es un asunto polémico, ya que los trasplantes pueden tener riesgo de complicación y muerte.6] Pero no obstante, un estudio ha demostrado que muchos pacientes se recuperan completamente sin ninguna secuela si son tratados dentro de las 36 horas siguientes a la ingestión.Casos como los del emperador Claudio, el papa Clemente VII, la zarina Natalia Naryshkina y el Archiduque Carlos de Austria son ilustrativos.Mientras, Tácito y Dion Casio dicen que el veneno se vertió en una fuente de hongos.