Si no se trata, la hemorragia incontrolada puede causar daños en las articulaciones, los músculos o los órganos internos y puede poner en peligro la vida.
Las personas deben buscar atención médica inmediata en caso de síntomas graves, como hemorragias externas intensas, sangre en la orina o sangre en las heces, visión doble, dolor de cabeza o cuello intenso, vómitos repetidos, dificultad para caminar, convulsiones o ataques.
Deben buscar atención médica inmediata si experimentan una hemorragia externa leve pero imparable o hinchazón y rigidez de las articulaciones.
[cita requerida] En 2003, Karim Brohi, profesor de Ciencias del Trauma en la Universidad Queen Mary de Londres, introdujo por primera vez el término Coagulopatía Traumática Aguda (ATC, por sus siglas en inglés),[3] estableciendo que la coagulopatía inducida por un traumatismo da lugar a: Si una persona padece una coagulopatía, su médico puede ayudarle a controlar los síntomas con medicamentos o con una terapia de sustitución.
Esta terapia puede administrarse para tratar una hemorragia ya iniciada o para evitar que se produzca.