También hay una gran diversidad de pequeños mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces e invertebrados.
A lo largo de la secuencia del yacimiento, se han identificado hasta siete fases climáticas glaciares e interglaciares sucesivas[6].
Precisamente, este es el momento en el que se asentaron los primeros humanos en la parte más occidental del continente europeo[3][4].
Dichos materiales constituyen un importante relleno formado a lo largo de sucesivas fases.
En Quibas se registran hasta 36 taxones distintos de grandes y pequeños mamíferos[10].
Entre los grandes herbívoros se cuenta con el caprino de origen asiático Capra alba, el gamo Dama cf.
La lista de carnívoros que encontramos en Quibas incluye el tigre dientes de sable Megantereon sp., el zorro Vulpes praeglacialis, el licaón Canis (Xenocyon) lycaonoides, el lobo extinto Canis mosbachensis, el gato montés Felis silvestris y el tejón Meles meles[11][15][16].
Este último representa un género y especie que se ha descrito por primera vez en el yacimiento de Quibas[22].
En Quibas se han registrado restos óseos de anfibios como el sapo verde, ahora extinto en Europa Occidental, y el sapillo moteado.
Entre las aves registradas en Quibas destacan el quebrantahuesos y el ibis eremita, actualmente desaparecido en Europa.
Estos restos habrían llegado hasta el yacimiento probablemente debido a la acción de algún depredador.
En el conjunto de los invertebrados aparecen gasterópodos y miriápodos, destacando el molusco Palaeoglandina montenati.
Se citan también otros moluscos como Bythinella sp., Pomatias sulcatus, Pseudotachea splendida, Chondrina farinesii, Jaminia quadridens, Testacella haliotidea, Vitrina sp., Rumina decollata, Oxychilus mercadali, Trochoidea murcica, Iberus gualtieranus y Sphincterochila candidissima.
Sin embargo, en el continente estos cambios se registran de manera discontinua e incompleta.
La excepcional sucesión climática del yacimiento de Quibas permite conocer de qué forma afectaron en el medio terrestre europeo los cambios climáticos que se sucedieron desde la fase MIS 33 hasta la fase MIS 27, donde se alternaron 4 episodios húmedos con 3 áridos[6].
Al contrario ocurría durante las fases interglaciares, en las que aumentaban las precipitaciones y con ellas el desarrollo de masas forestales.