Unas pocas especies tienen pequeños muñones cerca del vientre, un vestigio de las extremidades posteriores.
Alcanzan largos de 1 m, pero aproximadamente dos tercios son la cola.
Su nombre común viene de su extrema facilidad en romper la cola: ante un predador se dejan caer partes de cola rompiéndose en varias partes, como un cristal.
La cola sigue moviéndose, mientras el lagarto se inmoviliza, distrayendo al predador, y permitiendo un eventual escape.
Esta pérdida seria de masa corporal requiere un considerable esfuerzo para reemplazar, y normalmente la nueva cola es más pequeña que la original.