[2] Es común en jardines de pueblos y ciudades; suele encontrarse, en medios más naturalizados, en laderas rocosas con piedras y peñascos.
Su voz es un reclamo duro, chirriante, inconfundible.
Su nido es herbáceo, en huecos de edificios, cornisas o acantilados.
Se alimenta de insectos, bayas y semillas que recoge del suelo, lanzándose sobre ellas desde la percha.
Se distribuye en la mayor parte de Europa, donde cría, salvo en Islandia.