Varanus komodoensis

[1]​ Están protegidos por la ley indonesia, y en 1980 se fundó el Parque Nacional de Komodo para contribuir a su conservación.Depositan aproximadamente veinte huevos en nidos de megápodos abandonados, y los incuban durante siete u ocho meses, hasta su eclosión en abril, cuando los insectos son más abundantes.Los jóvenes son vulnerables, por lo que suelen morar en árboles, a salvo de depredadores y adultos caníbales.[6]​[7]​ Su desarrollo evolutivo comenzó con el género Varanus, que se originó en Asia hace aproximadamente 40 millones de años y emigró al continente australiano.[9]​Aunque los machos por lo general son de mayor tamaño, no hay diferencias morfológicas obvias entre los sexos.El espécimen salvaje más grande conocido midió 3,13 metros de longitud y pesó 166 kg (incluida la comida sin digerir).Este estudio fue cuestionado cuando una trabajadora del Zoológico de Londres entrenó a un espécimen en cautividad del parque para salir a alimentarse con el sonido de su voz, aun cuando el animal no podía verla.Los jóvenes son arborícolas y viven en regiones arboladas hasta los ocho meses de edad.[3]​ Son buenos nadadores, y pueden recorrer grandes distancias a nado para alcanzar islas vecinas.[19]​ Debido a su gran tamaño y a su costumbre de dormir en estas madrigueras, es capaz de conservar el calor corporal durante la noche y minimizar el tiempo que tiene que tomar el sol durante la mañana.[20]​ Caza generalmente por la tarde, pero permanece a la sombra durante la parte más calurosa del día.[21]​ Utilizan unos lugares especiales de reposo, habitualmente situados en cornisas con una fresca brisa marina, que están marcados con excrementos y limpios de vegetación y que también sirven como un punto estratégico desde donde emboscar ciervos.Su dieta es muy variada, e incluye a otros reptiles (incluidos dragones de Komodo más pequeños), aves, roedores, serpientes, peces, cangrejos, caracoles y mamíferos como cabras, ciervos, jabalíes y hasta búfalos de agua.[22]​ Para evitar asfixiarse mientras tragan las presas, respiran utilizando un pequeño conducto situado debajo de la lengua que está conectado con los pulmones.[7]​ Después de ingerir hasta un 80 % de su peso corporal en una comida,[4]​ se arrastra hasta un lugar soleado para acelerar la digestión, puesto que la comida podría llegar a pudrirse y envenenar al dragón si permaneciera demasiado tiempo sin digerir.Debido a su lento metabolismo, los dragones grandes pueden sobrevivir con tan solo doce comidas al año.Los machos de mayor tamaño siempre son los primeros en comer, seguidos por los machos más pequeños y las hembras, y finalmente los ejemplares más jóvenes que descienden de los árboles para comer una vez que los adultos se han marchado.[9]​[7]​ Durante este periodo, los machos combaten por las hembras y por el territorio, luchando entre ellos levantándose sobre sus patas traseras, hasta que el perdedor queda sometido en el suelo.[18]​ El ganador del combate tocará con su larga lengua a la hembra para obtener información sobre su receptividad.[4]​ Las hembras son hostiles y durante las primeras fases del cortejo sexual se resisten con las zarpas y los dientes, por lo que el macho tiene que inmovilizar completamente a la hembra durante el coito para evitar resultar herido.Las demostraciones de cortejo del macho incluyen frotar el mentón sobre la hembra, fuertes arañazos en la espalda y lameduras.Este conjunto único de cromosomas es duplicado dentro del huevo, que se desarrolla partenogenéticamente.[42]​[43]​ Se ha teorizado que esta adaptación reproductiva permitiría a una única hembra entrar en un nicho ecológico aislado (como por ejemplo una isla) y producir descendencia masculina por partenogénesis, estableciendo así una población capaz de reproducirse sexualmente (cuando la hembra se reproduce con su descendencia puede poner huevos tanto de machos como de hembras).[49]​ Los neerlandeses (por entonces Indonesia estaba bajo soberanía neerlandesa), a la vista del escaso número de ejemplares en estado salvaje, prohibieron la caza deportiva y restringieron en gran medida el número de ejemplares que se podían capturar para estudios científicos.Esta tarea fue asignada a la familia Auffenberg que en 1969 permaneció en la isla de Komodo durante once meses.[2]​ Investigaciones posteriores han arrojado más luz sobre la naturaleza del dragón de Komodo, y biólogos como Claudio Ciofi continúan estudiando a estas criaturas.[59]​ El primer dragón de Komodo fue expuesto en 1934 en el Smithsonian National Zoological Park, en Washington D. C., pero solo vivió durante dos años.Finalmente, los estudios realizados por Walter Auffenberg, documentados en su libro The Behavioral Ecology of the Komodo Monitor (La ecología del comportamiento del varano de Komodo), permitieron unos cuidados y reproducción más exitosos de estos grandes lagartos en cautividad.Se conocen muchos casos en que los encargados del zoo han sacado a los animales de su recinto para relacionarlos con los visitantes, incluidos niños pequeños, sin mayores consecuencias.[7]​[63]​ Sin embargo, incluso dragones aparentemente dóciles pueden volverse agresivos de manera impredecible, especialmente cuando alguien desconocido invade su territorio.
Los dragones de Komodo poseen una larga y fuerte cola.
El dragón de Komodo usa su lengua para oler , detectar sabores y percibir estímulos .
Vídeo de un ejemplar en la isla de Komodo .
Tomando el sol en el Ragunan Zoo , Yakarta .
Grupo alimentándose de un jabalí .
Un ejemplar joven fotografiado en la isla de Rinca alimentándose de los restos de un búfalo de agua .
Sus excrementos son generalmente blancos, pues su estómago no puede digerir el calcio de los huesos de los animales que comen.
Un dragón de Komodo durmiendo. Pueden verse sus grandes garras curvadas.
Ejemplares jóvenes.
Cría nacida por partenogénesis en el Zoo de Chester, Inglaterra .
Antigua moneda de 50 rupias indonesias en la que aparece un dragón de Komodo.
Un dragón de Komodo en el Animal Kingdom de Disney World , Florida .
Dragones de Komodo en Zoo de Toronto ( Canadá ). Cuando se crían en cautividad, a menudo engordan, sobre todo en la cola, debido su alimentación regular.