La primera -denominada turruntés en La Rioja- es una variedad muy conocida que se cultiva en el centro de la península ibérica.
[3] Hasta hace poco, se sospechaba que la tempranilla estaba emparentada con la uva pinot noir, pero los recientes estudios genéticos tienden a descartar esa posibilidad.
Más tarde, según el escritor romano Columela, se cultivaba la vid por toda España, aunque solo hay unas pocas referencias dispersas al nombre "tempranilla".
En 1905, Frederick Bioletti llevó la tempranilla a California donde recibió una fría recepción, no solamente debido a la naciente ley seca, sino también porque la uva no gusta de climas calientes y secos.
[7] La tempranilla está actualmente disfrutando de un llamado renacimiento en la producción vinícola mundial.
Durante la última década, han plantado tempranillo cultivadores de lugares tan lejanos como Australia, los Estados Unidos y Sudáfrica.
[8] La tempranillo es la uva española por excelencia y la más conocida fuera de España.
Está autorizada en: Andalucía, Baleares, Canarias, Cantabria (tinto de Toro) y Galicia (araúxo).
Las dos regiones principales que cultivan tempranilla son La Rioja, en el centro del norte de España, y Ribera del Duero, que queda un poco más al sur y al oeste.
[1] Cantidades significativas se cultivan igualmente en las regiones del Panadés, Navarra y Valdepeñas.
Se introdujo en Uruguay en 1994 por la Bodega los Cerros de San Juan, donde la primera cosecha comercial tuvo lugar en 1999.
Puesto que el clima del valle no era el ideal para esta uva, le resultó difícil prosperar.
No podía alcanzar su verdadero potencial y cuando se usaba era como uva para mezclar, como jug wine[1][15] Posteriormente, California comenzó a usar esta variedad de nuevo para elaborar buenos vinos.
Hay actualmente más de 100 bodegas australianas haciendo vino con esta variedad comercial.
La uva tempranillo es una de las pocas que pueden adaptarse y prosperar en climas mediterráneos continentales como este.
Al mezclar la uva con mazuela se logra un vino más brillante y ácido.
Los vinos tienen color rojo rubí, con aromas de bayas, ciruelo, tabaco, vainilla, cuero y hierba.
La uva tempranilla produce un mosto equilibrado en azúcar, color y acidez aunque esta última, a veces, es escasa.