La cepa es por definición el tronco de la vid,[1] del cual brotan los sarmientos, las hojas y los frutos, agrupados en panículas (racimos compuestos con grumos de uvas).
Por extensión, el término "cepa" se emplea para referirse a las variedades viníferas, aunque comúnmente se usen también los términos "vid" y "uva".
Cuando un vino procede al 80 % como mínimo de una misma cepa, se llama varietal.
La cepa le da al vino su carácter varietal, que incluye el aroma, el sabor o paladar, y la textura.
La elección de la cepa es por lo tanto fundamental para determinar el carácter del vino.