[1] El interés español por el Sahara Occidental fue fruto de las actividades pesqueras llevadas a cabo desde las cercanas islas Canarias.
[2] Sin embargo, tanto Medina Gatell como Puerto Badia fueron abandonados poco tiempo después,[5] permaneciendo solo Villa Cisneros como establecimiento permanente.
No fue hasta la segunda década del siglo XX que la presencia española se amplió.
El explorador portugués Fernando Poo es considerado el primer europeo en pisar la isla de Bioko en 1472 y, aunque la llamó Formosa, acabó siendo conocida por su nombre.
Desde el año 1885 las villas de la costa continental ecuatoguineana en torno al Cabo San Juan y la desembocadura del río Muni firmaron tratados con exploradores españoles y pasaron a estar bajo protectorado del gobierno español.
Las negociaciones no fueron especialmente duras y se llegó a un acuerdo pocos meses después de haberse iniciado.
Esto sucedió porque que ambos países se encontraban en situaciones diferentes: Francia estaba estableciendo el Imperio colonial francés principalmente por África expandiéndose en múltiples zonas y rearmándose tras la derrota de 1871 contra el Imperio Alemán por si estallaba una nueva guerra (que finalmente sucedió en 1914).
Por contra, España acababa de ser derrotada en 1898 por los Estados Unidos, acabó vendiendo a los alemanes algunas posesiones restantes en 1899 (ambos hechos habían significado el fin del Imperio Español en América y el Pacífico) y apenas tenía recursos para intentar nuevas aventuras coloniales en África, un reparto además al que llegaba tarde en comparación con otras potencias colonizadoras europeas.
[19][22] Se reservaba un derecho de preferencia a Francia para ocupar los territorios españoles si España decidiera abandonar sus posesiones en el Sahara o Guinea.
[33] En 1901 el gobierno español envió una misión a la Guinea continental para cartografiar el territorio y conocer los límites exactos con las colonias francesas colindantes.