En particular, la disputa sobre el extremo sur del avance portugués en la región de Misiones Orientales, el actual Uruguay y partes de Paraguay había llevado a la Guerra Fantástica (1761-1763) y a la guerra hispano-portuguesa de 1776-1777.
El nuevo tratado reconocía el principio de uti possidetis, que ya había estado siendo aplicado en anteriores tratados.
Así, se dio el reconocimiento del dominio portugués sobre vastas zonas del actual Brasil, a pesar de que España se había mantenido fuera de África en observancia de lo acordado en el tratado de Tordesillas.
El objetivo de los españoles era fundar un puerto esclavista desde el que poder llevar a cabo la trata directamente.
Esta isla (llamada Fernando Poo durante el dominio colonial) fue oficialmente renombrada y reconocida como Bioko.