En respuesta a esto, se formó un ejército anglo-portugués, con cerca de catorce a quince mil hombres, bajo el mando del conde de Lippe.
El mismo mes de mayo, un ejército británico de 7000 hombres desembarcaba en Lisboa, el cual se unía a un reorganizado ejército portugués, que había sido reducido a 7000 hombres.
En agosto, el ejército borbónico ahora capitaneado por el Conde de Aranda lanzó un segundo y mucho más importante ataque sobre Beira Baixa, con 30 000 españoles y 12 000 franceses, con el objetivo de capturar la propia Lisboa.
El ejército anglo-portugués, junto a las guerrillas lusas, infligieron al ejército borbónico una derrota catastrófica, sin llegar nunca a presentar batalla formal.
Se denominó Guerra Fantástica porque, a pesar de haber registrado sucesivos movimientos de tropas, no tuvo lugar ninguna batalla formal.