Anarquismo y violencia

El anarquismo alcanzó publicidad masiva por vez primera durante la segunda revolución industrial, cuando células anarquistas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX atacaron a jefes de Estado en Europa y América.

Sin embargo, hay corrientes como el anarcosindicalismo en las que ambas posturas han convivido.

Otros anarquistas, a veces identificados como pacifistas, comparten la creencia en el uso de la no violencia.

Para Tolstoi y otros pacifistas toda violencia es ilegítima, sin importar cuales fueran sus fines, aunque recalcando que la no violencia no puede ser neutral, poniéndose en el lugar y tratando de comprender al oprimido aunque este sea violento pero sin compartir sus métodos.

Los anarcoindividualistas estadounidenses se opusieron a la "propaganda por el hecho", la cual estaba siendo defendida y cometida por anarcocomunistas, mientras que algunos anarcoindividualistas europeos cometían o defendían estos actos violentos frente a los anarcosindicalistas que se oponían y preferían la huelga como método.

La perspectiva estratégica toma en cuenta que las acciones influencien de forma sustancial las estructuras sociales y las conciencias de los individuos para transformarlas, ante esto existen algunos análisis sobre que prácticas son más eficaces (violentas o no violentas).

Con algunas excepciones la tendencia en las últimas décadas ha sido evitar grupos armados o acciones violentas grandilocuentes, en parte para evitar vanguardias y por considerarlo lo más apropiado al menos ante estos tiempos, con respecto a la no violencia la tendencia ha sido aceptarla de alguna forma pero usualmente considerando el recurso de autodefensa, la idea es hacer la conquista de la libertad algo incluyente.

Por otro lado, hay fuentes que asocian las acciones ilegales como respuesta a asesinatos o actos represivos a obreros, sindicalistas o anarquistas, como respuesta al "terrorismo blanco" gubernamental y pistolerismo patronal.

Entre los últimos años del siglo XIX y primeros del XX se produjeron en el mundo occidental numerosos atentados perpetrados por pequeños grupúsculos o individuos de inspiración anarquista, algunos han sido calificados como actos terroristas y otros los consideran aunque exagerados o inapropiados, actos de rebelión.

La Mano Negra fue una organización violenta que cometió varios asesinatos a finales del siglo XIX en Andalucía, los grupos anarquistas locales manifestaron no tener nada que ver con la organización y hasta hoy en día no existen pruebas fehacientes de su existencia que se presume fue una invención de las autoridades usada como excusa para la represión.

Ilustración de la explosión en el Liceo de Barcelona provocada por el anarquista Santiago Salvador según apareció en el diario Le Petit Journal de París (1893).
Una caricatura política estadounidense, publicada en , que representa a un anarquista europeo preparándose para destruir la Estatua de la Libertad .