Volvió a Italia y nuevamente sufrió la persecución policial como resultado de sus actividades anarquistas.Carlo Buda, hermano del fabricante de explosivos Mario Buda, dijo de él, "Si escuchas a Galleani hablar, quedabas dispuesto a dispararle al primer policía que vieras".Pronto atrajo a un grupo de amigos radicales y de seguidores conocidos como Galleanistas, entre ellos Frank Abarno, Gabriella Segata Antolini, Pietro Angelo, Luigi Bacchetti, Mario Buda alias 'Mike Boda', Carmine Carbone, Andrea Ciofalo, Ferrucio Coacci, Emilio Coda, Alfredo Conti, Roberto Elia, Luigi Falsini, Frank Mandese, Riccardo Orciani, Nicola Recchi, Giuseppe Sberna, Andrea Salsedo, Raffaele Schiavina, Nestor Dondoglio alias Jean Crones, Carlo Valdinoci, y los famosísimos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti.Con el asesoramiento de un amigo que era químico y experto en explosivos, el profesor Ettore Molinari, Galleani escribió un folleto de 46 páginas titulado La Salute è in voi!, donde explicaba cómo hacer una bomba.El domicilio de Dondoglio fue requisado, encontrándose los elementos del atentado, pero no al autor que quedó prófugo.En represalia, otros galleanistas hicieron estallar una bomba al día siguiente en el puesto policial de Salutation Street en Boston.[10][11] Cuando la interrogaron, dio un nombre falso y rehusó cooperar con las autoridades o brindarles alguna información; fue enviada a prisión durante 14 meses.[11] Mientras permaneció en la cárcel, Antolini conoció a la notoria anarquista Emma Goldman, con quien trabó amistad.El propio Galleani fue arrestado en algunas ocasiones por agitar en conflictos laborales y reivindicar la anarquía, pero siempre terminó absuelto.UU. allanaron las oficinas de Cronaca Sovversiva, suprimieron la publicación y arrestaron a los editores.En respuesta, Galleani y sus seguidores le declararon la guerra al gobierno de los EE.UU. y expresaron sus intenciones mediante un comunicado amenazante: "La deportación no detendrá la tormenta que azota estas costas.Thompson y el fiscal general A. Mitchell Palmer (que ya había sido blanco de un atentado con cartas bomba).Este fue interrogado duramente (se dice que fue torturado) por los agentes federales, pero después de facilitar alguna información, quedó, según la policía, muy angustiado.Elia fue deportado posteriormente; según su abogado, declinó un ofrecimiento para permanecer en los EE.UU si renegaba de sus contactos con los galleanistas.Hasta ese momento los anarquistas acusados podían retrasar sus deportaciones con continuas apelaciones legales.Aunque las autoridades no tenían pruebas suficientes que implicaran a Galleani, pudieron deportarlo porque era un residente extranjero que había alentado abiertamente a derrocar al gobierno por medios violentos y había firmado el manual de fabricación de bombas titulado "La Salute è in voi!".Cuando Mussolini llegó al poder, Galleani estuvo bajo vigilancia policial constante del régimen fascista.Posteriormente se le permitió retornar al territorio continental italiano, pero la vigilancia policial persistió.Deportado luego del fusilamiento de Di Giovanni, Coacci regresó tras la Segunda Guerra Mundial.Mario Buda también volvió a Italia poco después del atentado de Wall Street, y vivió allí hasta su muerte en 1963.