La policía respondió al atentado con el encarcelamiento de varios anarquistas, incluyendo a Emma Goldman y a un grupo de Chicago que publicaba Free Society −el principal diario anarcocomunista en lengua inglesa editado en la época en Estados Unidos.
[3] Al final, todos fueron liberados, pues no se encontró ninguna evidencia de conspiración.
Algunos anarquistas criticaron duramente a Czolgosz, señalando su temperamento peligroso y violento.
[5] Al año siguiente, de 7.994 personas a las que se denegó la entrada a los Estados Unidos, en un caso, el motivo era que se trataba de un anarquista.
[8] Emma Goldman y Alexander Berkman, ambos residentes extranjeros, también fueron deportados bajo la aplicación de la ley.