Se quedó huérfano antes de los dieciocho años y decidió emigrar a los Estados Unidos, donde conoció a la que sería su compañera y amante Emma Goldman, una inmigrante rusa que entonces trabajaba como empleada en una fábrica textil.
A partir de entonces quedaron estrechamente vinculados al movimiento anarquista.
Liberado en 1906, Berkman y Goldman encabezaron el movimiento anarquista en los Estados Unidos, publicando clandestinamente semanarios radicales como Mother Earth o Blast, y libros como Anarchism and Other Essays (1910) de Goldman o Memorias de un anarquista en prisión (1912) de Berkman, este último publicado en castellano por la editorial Melusina.
En 1919, Alexander Berkman, Emma Goldman y otras 247 personas (socialistas, anarquistas, sindicalistas) son deportados desde los Estados Unidos a la Rusia revolucionaria.
En su libro El mito bolchevique, Alexander Berkman relata su periplo por la geografía rusa en la década de 1920, desde Moscú a Siberia pasando por Georgia, pero también su cambio personal pasando de un apoyo sin fisuras a los bolcheviques y su proceso revolucionario a su frontal oposición al régimen soviético.