Telebasura

A pesar de ello, se estima que el término “telebasura” existe, aproximadamente, desde los años 1980.

[2]​ El sociólogo Lorenzo Díaz habla de la telebasura en el libro que publicó llamado “La caja sucia.

La telebasura o televisión basura (el «trash tv» inglés) suele compararse con la prensa sensacionalista.

Esto se debe a que son innumerables los hechos que suceden diariamente, los cuales producen el morbo necesario para conseguir realizar producciones de bajo coste con alta audiencia y, por ello, elevados beneficios.

Además, llegan a acaparar entre el 28 y el 35 por ciento del total de los consumidores.

Y entre ellos, destacan con un mayor índice de relevancia, los que están denominados como “telebasura”.

[12]​ Pero los datos estadísticos demuestran que esa actitud desde la ley, acaba en ‘papel mojado’.

[13]​ Así mismo lo fueron los realizados por Mauro Viale, por crear espectáculos basados en casos policiales y personas marginales.

[14]​ También entraría en esta categoría las telenovelas nacionales como El Marginal, y Okupas producido por Marcelo Tinelli.

Se ha solicitado mediante varias organizaciones sociales, autoridades nacionales, agrupaciones ciudadanas la suspensión de los mismos pero los productores se amparan en la libertad de expresión y en el derecho al trabajo que amparan la constitución.

Se ha planteado la acción de la alfabetización mediática y competencia mediática para la ciudadanía boliviana; debido a la realidad de las consecuencias que genera la Telebasura en su audiencia, su impacto perjudicial en la sociedad, la manipulación de la información y contenidos por el interés mercantil y político del gobierno boliviano.

Son considerados en esta categoría varios programas caracterizados por las burlas hacia personajes famosos y los escándalos en el aire.

Por otro lado, en Caracol Televisión, se encuentran programas como La red, Gran hermano y todas las versiones de El desafío.

Estos programas tienen tanto rating, porque generan varios escándalos y conflictos entre los personajes, melodramas, diversas y explícitas escenas sexuales, además, es el televidente quien tiene el poder sobre el futuro del programa mediante su voto.

La telebasura en Costa Rica se ha popularizado en los últimos años, siendo algunos de los programas aludidos Intrusos de la farándula (posteriormente, “Intrusos”) que, según la crítica dedicada a espectáculos, publicaba notas polémicas, amarillistas y sensacionalistas.

Otro programa en Ecuador que está completamente enfocado al morbo y el chisme es “Ligando en la Oscuridad”, un programa de alto rating en donde el participante tiene que tomar a su novia orientándose solamente de su tacto.

En 2004 ya se denunciaba que la programación de los principales canales mexicanos estaba dominada por la telebasura, los deportes y películas dobladas al español.

En los tiempos libres, los canales de TV paraguaya emiten segmentos sobre casos paranormales, abundante pseudociencia como las supersticiones, el número 666, las sirenas y el sexto sentido sin prueba alguna.

[31]​ Los autodenominados «talk shows» fueron los espacios en los que se promovía inteligentemente la propaganda oficialista.

[32]​ Un programa pionero de tipo «talk show» Laura en América,[33]​ conducido por Laura Bozzo, recibió muchas críticas por mostrar estereotipos de la sociedad peruana, calificando al país como de: «gente sin dientes, que habla un castellano pésimo, solo se divierte en polladas y resuelve sus conflictos privados mediante el llanto, el grito y los golpes».

[37]​ Veeduría junto al Consejo de la Prensa Peruana y el Instituto Prensa y Sociedad fueron instituciones no estatales que informaron la situación de regulación televisiva.

En su artículo 33.º establece que los servicios de radiodifusión deben contribuir a proteger o respetar los derechos fundamentales de las personas, así como los valores nacionales que reconoce la Constitución Política del Perú y los principios establecidos en la presente Ley.

[46]​ El periodista influyente César Hildebrandt y el intelectual Marco Aurelio Denegri mostraron abiertamente su rechazo de la programación reciente en la televisión.

transmite el programa El show del vacilón con Wilmer Ramírez y Moncho Martínez, programa compuesto por un refrito de programas cómicos anteriores (como por ejemplo ¡Qué Locura!, que también fue criticado por su contenido violento) y recurrir al uso excesivo de humor gráfico y mujeres "sexys" en los sketch;[cita requerida] otros posibles ejemplos de ‘televisión basura’ que ese canal transmite son o han sido Portada's, Atómico, Casos de familia, ¿Quién tiene la razón?, entre otros.

[cita requerida] Se puede confirmar que en Venezuela abundan los programas “basura”.

El gobierno venezolano también ha censurado cualquier contenido de periodismo objetivo que intente abordar la problemática social, política y económica que atraviesa el país; dejando a la televisión abierta venezolana con programaciones basura y otros programas en donde se silencia la realidad de la crisis venezolana.