Teito

Por extensión se ha venido llamando teito al edificio en sí, siempre que su cubierta sea vegetal.

La palabra de la variedad asturleonesa occidental teito y la castellana techo derivan del latín tēctum.

[nota 2]​ Durante la segunda mitad del milenio I a. C., la población fue cambiando de lugar asentándose en tierras apropiadas para el cultivo.

Las casas siguieron siendo circulares al principio y más tarde se fueron construyendo rectangulares como venía ocurriendo en el resto de la península.

[3]​ Los arqueólogos han sacado a la luz enclaves que así lo demuestran, pertenecientes al primer milenio a. C.: En el territorio astur-leonés y en Galicia estas casas-vivienda tenían sus correspondientes edificaciones también con teito que servían para las faenas agrícolas y ganaderas.

Estos edificios anejos (hórreos, establos, pajares, etc.) se han mantenido gracias a su situación geográfica en lugares estratégicos, protegidos por la naturaleza.

Los teiteros o teitadores son las personas que tienen conocimientos suficientes para retechar las casas, cabañas y hórreos.

Esta compleja estructura ha dado lugar a un rico vocabulario o jerga, pues cada pieza, cada viga, cada terminación, tienen su propio nombre que los identifica.

[nota 5]​ Es norma general aprovechar para la construcción del teito la paja obtenida en la propia cosecha o bien las plantas adecuadas que pueda ofrecer el entorno.

Esto ocurre no sólo en Asturias, León, Galicia y resto de la península sino en toda la Europa donde existen teitos.

En las cabañas de teitos somedanos se emplea en mayor abundancia la escoba negra también llamada hiniesta.

Se cortaba con la hoz procurando hacerlo a ras del suelo para un mejor aprovechamiento.

Los colmos se van igualando por la parte inferior utilizando para ello la paleta que da el nombre a esta técnica.

[18]​ El sistema constructivo de las pallozas es de dos tipos: aquella palloza cuya cumbre forma un cono sobre planta circular y aquella otra cuya cumbre se extiende longitudinalmente sobre planta ovoide, distribuyendo la techumbre a dos aguas.

La particularidad consiste en que la cubierta se apoya en pies derechos ahorquillados, unos adosados al muro y otros en el eje longitudinal.

La cocina era un lugar importante, con su lar en el suelo sobre una superficie empedrada de un metro cuadrado.

[35]​ En Omaña, cuyas viviendas cuentan con características comunes con las vecinas Laciana y Babia, también fue tradicional la arquitectura de casas de teito, aunque estos techados vegetales fueron sustituidos poco a poco durante el siglo XX por la pizarra o la teja.

[10]​ Una braña es un lugar de pastos ubicado a media montaña, donde se trasladan los pastores trashumantes llamados brañeros y vaqueiros.

En Irlanda estas zonas de pastizales se denominan buaile o booley y sus cabañas clochàn.

Francisco Feo Parrondo relaciona las brañas con las lamas romanas que fueron «tierras húmedas de pastos naturales».

Los campesinos pagaban rentas por un arrendamiento otorgado y otro grupo menor era dueño de pequeños espacios.

La riqueza principal de los vaqueros son las vacas por lo que toda su vida está relacionada con las brañas.

Hay espacios abiertos en los laterales para poder echar directamente el heno al pesebre.

El piso está formado por tablas; este tipo de hórreo se puede ver todavía en uso en Galicia, Portugal y Montenegro.

Los hastiales están construidos con piedras escalonadas que favorecen la caída del agua de la lluvia.

El chozón sabinero junto con la paridera han sido utilizados desde tiempos inmemoriales para cerrar al ganado ovino y cabrío.

Este aprisco presenta una cubierta vegetal herbácea elaborada con paja de centeno o trigo.

En Toledo los refugios temporales se llaman bombos; son abundantes en la zona de Tomelloso y Socuéllanos.

En Extremadura existen dos tipos de chozo en que se emplea el material vegetal: uno está construido íntegramente con este material que se coloca sobre una estructura de madera; puede ser centeno, escoba, enea, juncia, bardo, bálago.

[nota 11]​ En la isla de Mallorca se conserva algún molino harinero con material vegetal en la cubierta; hay ejemplares en Manacor, Santa Ponsa y Lluchmajor.

Teito situado en el lago del Valle, en Somiedo ( Asturias ).
Casa con teito en Campo del Agua .
Ejemplo de deterioro y abandono de un teito en Campo del Agua . Se ha quedado al descubierto su armazón de madera.
Teiteros reparando el teito de un hórreo con materia vegetal, a la forma tradicional.
Haces de carrizos a la espera de su colocación en un teito.
Mayal, también conocido como mayo o pértigo.
Enrasado de la paja.
Se puede ver en la cumbre de esta palloza el beu, aunque no la cubre por entero.
Casa de teito en Pereda de Ancares , en la comarca de los Ancares ( León ).
Artesa para amasar el pan.
Matanza secándose al humo.
Palloza en la localidad leonesa de Cantejeira, en 1996.
Pajar abandonado en Truchillas , localidad de la Comarca de la Cabrera.
Pajar denominado payeiru [ 27 ] ​ o payar colmáu [ 28 ] ​ en dialecto cabreirés , situado en Corporales , en la comarca leonesa de La Cabrera .
Casa larga de humo , en Dinamarca.
Cabaña d'orri (en una braña) en el valle del Garbettou en Ariège (Pirineos franceses).
Alpage en los Pirineos franceses
Villar de Vildas en Somiedo. Las brañas aquí están a media altura y hay fincas y prados de propiedad privada.
Recreación del pesebre en una casa de campo medieval en el yacimiento de Fuenteungrillo en Villalba de los Alcores (Valladolid, España).
Cabazo de cesto en Palas de Rey.
Hórreo de tipo asturiano
Paridera rectangular a punto de perder el techo de teja, en el término municipal de Huertahernando .
Bombo-museo en Tomelloso.