[1][3] Fue el primer castro estudiado y actualmente es un Monumento Histórico Artístico, contando desde 1993 con un Aula Didáctica.[1][4] Fue excavado en 1877 por José María Flórez y tras la Guerra Civil se realizarían diversas intervenciones llevadas a cabo por Antonio García y Bellido y Juan Uría Ríu, quienes contribuirían notablemente a la elaboración del paradigma céltico asociado a los pueblos del norte peninsular,[3] aunque las evidencias, viviendas circulares en vez de rectangulares o enterramientos sin el uso de urnas de cenizas, hacen que la cultura castreña no tenga una relación directa con los celtas.[6] En su interior se diferencian dos espacios claramente: el recinto superior, que se cree que servía para guardar el ganado y carente casi de edificaciones; y el Barrio Norte, poblado con unas 80 cabañas con otra muralla perimetral más pequeña, situado debajo.Otros edificios son ovalados o rectangulares con esquinas redondeadas y tienen tabiques.La cara anterior es rugosa y parece desgastada mientras que la posterior tiene una forma ligeramente cóncava.