Para llegar al santuario desde dicha carretera de circunvalación, hay que dirigirse a la rotonda cuya salida urbana lleva al barrio de San Marquino, saliendo de la Ronda por la vía que hay en el lado contrario a dicha salida urbana.
[6] Aunque oficialmente el santuario se ubica en un terreno rústico, en sus alrededores se ha creado un asentamiento irregular formado por numerosas viviendas de campo que han acabado convirtiéndose en un barrio periférico no oficial de la ciudad, denominado La Montaña.
Estas viviendas comenzaron a construirse de forma alegal o ilegal en la década de 1960, pero con el tiempo la normativa urbanística cacereña las ha reconocido como parte del paisaje que rodea al santuario.
Paniagua se instaló como ermitaño al fondo del nuevo edificio, en una estancia muy sencilla.
Debido a ello, Paniagua decidió construir una segunda capilla, pero falleció en 1636 sin poder concluir la obra.
A partir de ahí, se encargó del santuario una cofradía fundada en 1635 y que todavía existe actualmente; esta cofradía organizó por primera vez una bajada de la Virgen a la villa en 1641, cuando ya estaba finalizada la segunda estructura.
A mediados del siglo XVII se construyeron una hospedería, la espadaña, una caballeriza y un pozo.
[11] El santuario se estructura en torno a un complejo de capillas ubicadas en un mismo edificio, donde Paniagua instaló su ermita.
Mientras la primera capilla se distingue claramente, no se conserva la segunda (la construida en la década de 1630), ya que la tercera capilla (la construida entre 1716 y 1721) es una ampliación de la segunda; según indicó Ortí Belmonte en 1949, lo más probable es que aquella segunda capilla solamente ocupase algo más del actual coro de la tercera.
[10][12] La capilla del siglo XVIII, en torno a la cual se estructura el edificio principal del complejo, está formada por una sola nave de dos tramos cuya planta es rectangular, a la cual se suman una capilla mayor cuadrada junto a la cual se ubican dos capillas laterales y un camarín.
Por su historia y estilo, se ha atribuido la autoría a Manuel de Lara Churriguera, aunque no hay documentos claros sobre ello.
Es una gran estructura completamente pintada en color blanco en su exterior, en el cual se aprecian hasta tres niveles de balcones y ventanas.
[1] A los edificios del complejo se añade un templete ubicado en el mirador, que data del año 2000 y fue diseñado por el arquitecto Emilio Pizarro; este templete se hizo para reconstruir un templete anterior del siglo XVIII, demolido a mediados del siglo XX, y está formado por cuatro columnas separadas por arcos de medio punto con rejas que sostienen una cúpula con linterna, todo ello en el mismo color blanco que el santuario.
[33] Sin embargo, debido al riesgo que su ubicación suponía para los viandantes, a la aparición de señales dañadas por el tránsito a los pocos días de ser colocadas y a las quejas de vecinos que consideraban irrespetuosa la ubicación en el suelo, se decidió retirarlas en muy pocos días tras su colocación.
[2] Al igual que ocurre en otros muchos oratorios de campo marianos, el uso del santuario de la Montaña durante las fiestas patronales del Novenario es escaso, ya que esta festividad consiste en bajar a la Virgen hasta la concatedral, que alberga prácticamente todo el evento con excepción de las procesiones inicial y final.