Desde los miradores (naturales o artificiales) pueden admirarse diferentes paisajes como entornos urbanos, industriales, rurales, paisajes naturales o geográficos, etcétera, y también para la observación de aves.
Los mismos pueden encontrarse: A cielo abierto, cerrados, agrestes o con infraestructura apropiada, poseen un mismo objetivo: constituir un enclave singular desde el punto de vista paisajístico.
Los mismos cuentan generalmente con diferentes instalaciones, entre las que se encuentran: facilidad de acceso (ruta, caminos, senderos, escalinatas, teleférico, ascensores), mobiliario adecuado para los visitantes como mesas, bancos, plataformas con suelo de cristal, prismáticos, binoculares, zona de aparcamiento (o estacionamiento) y de esparcimiento (paseos, jardines, restaurantes o cafeterías y gift shops).
Ubicados en altas cotas, muchos ponen a prueba el vértigo de los visitantes.
Estos puntos de atracción turística suelen encontrarse bien señalizados, y se reflejan en guías turísticas de los lugares en donde se encuentran.