Cuando dirigió en solitario su sexta película, La barraca (1945, una adaptación de la novela de Vicente Blasco Ibáñez) confirmó su nombre como un buen realizador y el filme obtuvo el Premio Ariel en diez categorías, que incluyeron Mejor película del año y Mejor dirección.
A La barraca le siguieron en 1946 El socio, drama en el mundo de los negocios, con el actor argentino Hugo del Carril, y La otra, melodrama interpretado por Dolores del Río, que sería rehecho dieciocho años después como Dead Ringer, con Bette Davis.
Gavaldón también dirigió coproducciones entre México y estudios norteamericanos, rodadas en inglés: en 1948 Adventures of Casanova (Casanova aventurero) con Arturo de Córdova como el seductor; y para los estudios Walt Disney, The Littlest Outlaw (El pequeño forajido) en 1955.
La Rosa Blanca corrió la misma suerte (es decir, una censura voraz) que otras películas que mostraban la parte de nuestra realidad y tocaban fibras sensibles a nivel político -y ésta en particular- que enseñaba cómo las compañías petroleras explotaban a los pequeños propietarios en México, con la "ley en la mano" confabulada por políticos corruptos de esa época.
En 1986, cuatro días después de su muerte, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) le otorgó a Roberto Gavaldón la Medalla Salvador Toscano en reconocimiento a su valiosa obra fílmica.