La diosa arrodillada

Raquel exige a Antonio que se divorcie de su esposa y poco después ésta muere bajo circunstancias misteriosas.[1]​ Revueltas lo negó vehemente en una carta dirigida al director de una revista que había publicado dicha alegación, y según Emilio García Riera, «Revueltas defendió en la carta con buenas razones su integridad, pero la película es por sí misma una prueba en su favor: [Rosario] Granados hace un papel en efecto secundario, mucho menos lucidor que el de María Félix».[1]​ La estatua utilizada en la película sería realizada por el escultor de origen hondureño Mario Zamora Alcántara, dicha acción le ganó cierta fama en México como artista.Revueltas afirmó que aparte de los problemas con el guion, «[a]demás estaba la censura: era lo más estúpido del mundo.Esto hizo que una de las organizaciones protestando la película, el Comité Pro Dignificación del Vestuario Femenino (CPDVF), se robara la estatua.