Roa

Por aquí pasaba una calzada romana que iba de Clunia a Astorga.Está situada sobre un espolón asomado al río Duero que domina el paisaje.Esta muralla era alta y sólida, almenada y con doble muro, como describe Loperráez, contaba con seis puertas que se abrían al amanecer y se cerraban al atardecer, además contaba con pequeños portillos para facilitar el paso de los vecinos: En el siglo XV Enrique IV entregó la villa como regalo a su favorito Beltrán de la Cueva (de ahí el lema del escudo de la villa: "Quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can").Por otro lado, concede la celebración semanal de un mercado para los martes, tradición que desde 1465 se sigue llevando a cabo.Torturado y humillado, cuenta erróneamente la leyenda que fue exhibido en una jaula sobre un carro.[11]​ En 1840, el general carlista Balmaseda incendió Roa mientras los habitantes de la villa están refugiados en Peñafiel.En 1895 se abrió al tráfico la línea Valladolid-Ariza,[12]​ que permitió la conexión del municipio y la comarca con el resto de la red ferroviaria española.La Semana Santa raudense se define por la austeridad que caracteriza la Pasión castellana.Recientemente se ha apostado por recuperar una tradición casi olvidada en la actualidad, la Fiesta de la Matanza.Han recogido numerosas piezas típicas de la región como la jota del Pirulí tras tras, La panaderilla, la jota Rauda, El palo o la Rueda de Roa, creado nuevas coreografías y exhibido el folclore por gran parte del panorama español.Esta receta se degusta generalmente en invierno y sobre todo en Semana Santa.Postres caseros típicos como los empiñonados o las bolillas y pastas en general.Ribera del Duero es un perfecto compañero de mesa para la variada gastronomía ribereña.
Mapa de la localidad publicado en 1868 realizado por Francisco Coello
Casa consistorial
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Restos de la muralla