Es una planta anual que puede comenzar su ciclo en otoño, aunque lo habitual en el hemisferio norte es a partir de enero.
Otros nombres del opio son o-fu-jung (‘veneno negro’ en chino), ahiphema en hindi o schemeteriak en persa.
En tablillas sumerias del III milenio a. C. se lo menciona mediante una palabra que también significa ‘disfrutar’.
Uno de sus empleos reconocidos, según el papiro Ebers, es «evitar que los bebés griten fuerte».
El opio tebaico aparece mencionado ya por Homero (en la Odisea) como algo que «hace olvidar cualquier pena», y simbolizaba la máxima calidad en toda la cuenca mediterránea.
El historiador Heródoto (m. 425 a. C.) hace la primera mención explícita del uso medicinal de esta droga.
Los médicos griegos se volvieron expertos en crear antídotos para el envenenamiento, que —tomados cotidianamente— inmunizaban al usuario.
Estas zeriaka o triacas contenían venenos (como la cicuta y el acónito), pero en pequeñas dosis.
Por él —y por muchos otros escritores romanos— se sabe que la demanda de opio excedía la oferta, siendo frecuente su adulteración.
Sin embargo, este formidable consumo no genera problemas de orden público o privado.
Tomando como núcleo productor las plantaciones turcas e iraníes, la rápida expansión del Islam diseminó el opio desde Gibraltar hasta Malasia, en pastillas que a veces llevaban el sello mash Allah (‘regalo de Dios’).
Hacia el siglo IX sus usuarios solían comerlo, aunque los persas ya acostumbraban fumarlo; también era frecuente consumirlo en jarabes de uva, mezclado con hachís.
Se consumía tanto en privado como en divanes públicos (equivalente a los casinos occidentales).
Según Hans Sachs, un famoso autor de calendarios, a mediados del x. XVI escribe: Muchas medicinas del siglo XIX se basaban en una preparación a base de opio, el láudano.
Los chinos consideraban que Occidente no tenía nada de valor con lo que comerciar, pero los comerciantes británicos y estadounidenses, fuertemente respaldados por la Corona británica, vieron en el opio la posibilidad de tener intercambio.
Estas guerras y los subsiguientes tratados firmados entre las potencias dieron como resultado que varios puertos de China se abrieran al comercio con Occidente, lo que condujo en parte a la caída de la economía china.
Los cortes exudan un látex blanco y lechoso, que al secarse se convierte en una resina pegajosa marrón.
Esta resina se raspa de las cabezas obteniéndose así el opio en bruto.
El opio contiene los siguientes alcaloides, derivados del metabolismo de los aminoácidos fenilalanina y tirosina: Fenantrenos (Morfinanos) Benzilisoquinoleínas Para la extracción de los principios activos se utiliza el método Gregory, recogiendo toda la planta, excluyendo raíces y hojas (paja de adormidera), triturándola y diluyéndola en ácidos, tratándola después con un proceso ácido/base.
[cita requerida] Los primeros efectos se dejan notar como relajación y somnolencia.
Tradicionalmente se prepara el opio diluyéndolo en agua y calentándolo a fuego lento.
Se dan casos en que el opio es preparado en una cuchara como si fuera heroína y se inyecta directamente en las venas, método contraproducente, pues produce dolor e inflamación posteriores.