Los nacionalistas serbios se opusieron a lo establecido en dicho acuerdo, ya que se debilitaba el Serbdom, aseverando que su importancia en Yugoslavia era algo trascendente con el lema "Un Serbdom fuerte, Una Yugoslavia fuerte".
[1] El lingüista serbio Vuk Stefanović Karadžić es comúnmente considerado el padre del nacionalismo serbio,[1] ya que se le atribuye la creación de una definición lingüística de los serbios, en la que se incluye a todos los hablantes del Dialecto estocaviano, diferentemente de su afiliación, credo u origen geográfico.
[1] Con todo, Karadžić ya sabía del derecho de algunos hablantes del dialecto estocaviano a llamarse a sí mismos por otros nombres diferentes al de "serbio".
[1] Después que fuese reconocida la independencia de Serbia en 1878, tanto los serbios como los otros pueblos eslavos balcánicos consideraron que sus pueblos deberían unirse bajo el mandato de los Habsburgo en el Imperio Austrohúngaro, lo que luego resultaría en una ocupación que incrementaría el antagonismo entre los pueblos bajo la égida de Serbia y Austria-Hungría entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del siglo XX.
[3] A pesar de las altas pérdidas humanas, Serbia se beneficiaría finalmente de la victoria en la Primera Guerra Mundial junto a los aliados contra el Imperio Alemán y el Imperio Austrohúngaro, ya que con dicha victoria a Serbia subsiguientemente se les unirían territorios reclamados por los nacionalistas yugoslavos para formar el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, informalmente conocido como Yugoslavia, en 1918.
[3] El antagonismo entre los partidarios de una Yugoslavia centralizada, apoyada por los nacionalistas serbios, y una descentralizada apoyada por los croatas y los nacionalistas eslovenos, sería la causa principal de los inestables gobiernos en Yugoslavia durante el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial.
[3] El antagonismo entre los nacionalistas serbios contra los croatas y eslovenos se saldó en 1928 con la muerte de Stjepan Radić en las instalaciones del Parlamento de Yugoslavia, con la subsecuente venida abajo del ambiente parlamentario y la democracia en el país.
[3] El nacionalismo serbio fue coartado con el Acuerdo Cvetković–Maček, suscrito entre los dirigentes políticos serbios y croatas, tras el cual se crearía la Banovina de Croacia, una provincia autónoma fuera del control del Reino, y que le daba a Croacia su autonomía virtual.
[6] Llevando durante la Segunda Guerra Mundial un sentimiento anti-serbio por las fuerzas fascistas croatas y ocupacionistas.
El nuevo régimen reprime a toda forma e idea de nacionalismo en favor del ideal yugoslavista, ya que toda idea y/o movimiento nacionalista era vista como un atentado contra el Estado.
[10] Miembros que luego integrarían el bando nacionalista escogerían seguir las líneas ideológicas de la LCY al respecto y a su vez denunciaron el contenido del documento.
[14] En ese mismo mes, Milošević inicia sus esfuerzos dirigidos a desestabilizar los gobiernos en Montenegro y en Bosnia-Herzegovina con el fin de lograr que sus partidarios accediesen al poder en esas repúblicas.
[16] Esfuerzos para reproducir un culto a la personalidad para Milošević dentro de la República Socialista de Macedonia empezarían en 1989 con lemas, grafitis, y hasta canciones en las que se glorificaba a Milošević en este país.
[19] Eslovenia siempre se mostró firmemente opuesta al gobierno dirigido por Milošević, además de sus planes, y promovía siempre sus propias reformas con las que buscaba hacer a Yugoslavia una confederación descentralizada.
[25] Después de la secesión de Macedonia del Norte en 1991, las autoridades serbias se pronunciaron diciendo que Macedonia era una "nación artificial" y que Serbia se aliaría con Grecia en contra de la recién creada República, incluso se llegó a sugerir la repartición del país entre Serbia y Grecia.