[4] Este grupo se declaró públicamente marxista, formó su propia colectividad política, e integró posteriormente la coalición de partidos de izquierda llamada Unidad Popular (UP), que llevó al gobierno al socialista Salvador Allende.
[4] En aquella ocasión los miembros del partido dejaron entrever sus diferentes posiciones, así aparecieron los «rebeldes» que eran partidarios de un entendimiento con el Frente de Acción Popular (FRAP) (y quienes frente a la situación en la cual se vivía dentro del PDC y ya demostrando descontento desde mediados del gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva, debido a la política "pro-norteamericana" llevada a cabo en ese partido desde la Junta Nacional DC que como voto político decidió apoyar la mencionada tesis, decidieron crear nuevos movimientos políticos, principalmente integrados por miembros de la Juventud DC).
[4] Por otro lado estaba el sector «tercerista» que fijó su perspectiva señalando, "La democracia cristiana debe constituirse como un partido de izquierda, cuya misión histórica inmediata sea la sustitución del régimen capitalista".
[4] Asimismo, se encontraban otros militantes como: Enrique Correa, Carlos Montes, Jacques Chonchol, José Miguel Insulza, Eduardo Aquevedo, Luis Penaglia, Jaime Estévez, Eduardo Rojas, Tomás Moulian, Gonzalo Ojeda, Samuel Bello, Juan Ruz, Omar Jofré Fuentes, Gladys Goede Gars, Luis Quezada, Francisco Mansilla, Fernando Martínez Urrutia, Augusto Moreno, Jorge Abbott, entre varios otros.
[4] Con anterioridad a su reunión oficial como partido constituido, desarrollaron contactos con organizaciones inspiradas en la teología de la liberación como Iglesia Joven.
[4] Se escogió la corriente dispuesta a formar parte de la Unidad Popular (UP), y Jacques Chonchol fue electo como secretario general, más tarde fue nominado como precandidato presidencial, pero renunció y apoyo la candidatura del socialista Salvador Allende.
[4] Dicha dirección interior la integraron, Carlos Ortúzar, Guillermo del Valle, Víctor Barrueto y Fernando Echeverría, entre otros, quienes propugnaban una salida política nacional, vía movilización social, poniendo énfasis en la defensa de los intereses populares, uniéndose con sectores socialistas.
Este grupo de militantes —que se había formado en Cuba, siguiendo instrucciones de Garretón—[cita requerida] se planteó en completo desacuerdo con la nueva línea ideológica y política que el MAPU asumió, con una marcada definición socialista y renovadora.
Sostuvo que para conseguir este fin, era necesaria la ‘movilización combativa, la lucha armada, la insurgencia y la rebeldía de masas’.
Rechazó el llamado Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia, el diálogo y la política de presión.
[4] Con el retorno a la democracia en 1990, este grupo siguió realizando acciones violentas, hasta ser desarticulado por los servicios de investigaciones.
[4] Desde que Salvador Allende logró el triunfo en la elección presidencial de 1970, el MAPU comenzó a replantearse su posición en este nuevo escenario.