La misma estaba situada al pie del barranco que coronaba en aquel entonces la fortaleza, donde hoy está la iglesia parroquial.
Posteriormente, un viejo amigo de su padre, el capitán y excorsario James Harris quien lo recibió en su casa en Buenos Aires, lo inscribió en una escuela primaria y más tarde lo hizo frecuentar un establecimiento superior de especialidades náuticas.
Al regresar a Patagones, cinco años después, continuó piloteando embarcaciones hasta lograr construir su propio cúter.
En el mismo año, el marino Luis Piedrabuena fundó un pequeño establecimiento llamado «Las Salinas», frente a la costa de la isla Pavón y en la margen meridional del río, que actualmente depende de Puerto Santa Cruz.
Numerosas navegaciones siguió realizando por las costas de la Patagonia, Malvinas y Tierra del Fuego.
En 1882, intervino con la Cabo de Hornos en la expedición científica a la Patagonia meridional, del marino italiano Giacomo Bove.
A este embajador sui generis se le daban solo instrucciones verbales, pagándole con honores y concesiones que nada costaban.
A lo largo de una vida en la cual pasó más tiempo en el mar que en tierra, Piedrabuena se constituyó en el arquetipo del marino que arriesga la vida y su barco, para salvar a quienes naufragaban en las aguas tormentosas del Atlántico Sur.
Su gesta solitaria y solidaria en esos mares, cuando el Estado estaba ausente, orientó e inspiró posteriormente todos los esfuerzos argentinos en lo atinente a la búsqueda y rescate de la vida humana en el mar en su vasta área de responsabilidad.
En octubre de ese mismo año, ambos zarparon en una larga singladura hacia los mares patagónicos a bordo de la goleta Espora y como parte del viaje visitaron la isla de los Estados, donde desembarcaron en el refugio que el comandante había construido en 1859 para quienes naufragaran en esas costas solitarias, y pocos días después arribarían también a la isla Pavón, ambas en ese entonces eran propiedad suya ya que fueran otorgadas por el Gobierno nacional.
[9] El matrimonio tuvo cinco hijos: Luis, Ana, María Celestina, Julia Elvira y otro hijo también llamado Luis, nacido tras la muerte de su hermano del mismo nombre y de Julia Elvira.
[1] Ella habría sido el sostén del caballero de mar, ayudándolo y compartiendo con él sus ideales, representando de esta manera a las pioneras argentinas, siendo la primera mujer blanca que pisara suelo santacruceño.
Hay barrios con su nombre en Viedma, Azul, Ushuaia, Bahía Blanca, Posadas y Cipolletti.
Hay plazas con su nombre en Stroeder, Las Grutas, Ushuaia, Bahía Blanca, Villa Lugano, Cipolletti y Rada Tilly.
Al pequeño estrecho entre las islas Gable y Upú, en el Canal Beagle, se lo denomina Paso Piedrabuena.
[23] En 1977, el buque de guerra estadounidense USS Collett DD-730 (1944) fue comprado por la Armada Argentina y renombrado ARA Piedrabuena (D-29).[23].