Finalizado el rodaje, Pellicena se volcó en una profunda devoción por el teatro que le llevaría en 1973 a Venezuela con la obra Yerma, basada en la pieza de Federico García Lorca, y protagonizada por Núria Espert.
En 1986 se produjo su regreso al cine con Dragon Rapide (Jaime Camino), donde interpretó a José Calvo Sotelo.
La televisión le reclamó para la serie Miguel Servet, la sangre y la ceniza (1989), donde dio vida a Juan Calvino.
En ella encarnó al Marqués de Sade, un hombre cuyas ideas se contraponen a las del también revolucionario Marat (José Pedro Carrión), quien sería asesinado por la aristócrata Carlota Corday (Nuria Gallardo).
Completaron el reparto Enriqueta Carballeira, Ricardo Joven, Santiago Meléndez, Balbino Lacosta y Néstor Arnas.
La pieza, como la película, incidió en las hipocresías y contradicciones que se adueñan del más básico núcleo social: la familia.
En televisión incorporaba al mafioso Emilio Genovés que debía tapar los asesinatos perpetrados por su familia.