El final, que entronca con el tema del bandido generoso, arranca al filme sus momentos más dramáticos, desembocando en una actualización de la parábola del «buen ladrón», dejando atrás el inicial aliento de rebeldes sociales que caracterizaba su plan inicial.
Esta última, protagonizada por Paco Rabal, abordaba el delicado tema de la reconciliación nacional por la que abogaba entonces el clandestino Partido Comunista.
Siguió con las adaptaciones, concretamente de Alfonso Paso, con la comedia Usted puede ser un asesino (1961) y La becerrada, producida en 1962 por Pedro Masó.
Este sería el guionista de su siguiente película, quizá su mejor comedia, Atraco a las tres, del mismo año.
Un gran reparto, integrado por Cassen, José Luis López Vázquez, Alfredo Landa, Gracita Morales y Manuel Alexandre, brilla en esta comedia comandado por la mano maestra de Forqué.
Tampoco faltaron incursiones en el género policíaco, como Zarabanda bing bing (1966); el musical, con Tengo 17 años (1964), protagonizada por Rocío Dúrcal o Dame un poco de amor (1968), con el grupo Los Bravos; o el erótico, con filmes como El monumento (1970) y La cera virgen (1971).
En 1967 había fundado su propia productora, Orfeo Films, que le permitió realizar un número considerable de películas.