Es una película mítica del cine español, en la que con suma maestría José María Forqué consigue sortear la censura de la época, presentando una crítica mordaz a la sociedad española del momento, sus carencias, miserias y jerarquización, envuelta en humor negro y con un desenlace dulzón e ingenuo, muy al gusto de la época.
Tras hacerlo, para que la historia tuviese sentido,[1] decidió contar con sus colaboradores habituales, Vicente Coello y Rafael J.
[3] Para el papel de Castrillo, tanto Forqué como Masó habían querido que lo hiciera Manolo Gómez Bur, sin embargo el actor no pudo hacerlo al comprometerse con otra película.
Por ello su director se marchó desilusionado a París, donde leyó en el ABC que la película había sido un éxito en taquilla.
Hacia allí vemos como se incorporan al trabajo los empleados, andando o en moto Vespa, como Martínez (Cassen).