Rafael J. Salvia

Debutó como guionista en 1950 con la película El final de una leyenda, dirigida por Ricardo Gascón.

Poco después el cineasta Ignacio F. Iquino lo contrataba para los guiones de El Judas (1952).

De su pluma salieron buena parte de los títulos que durante los años sesenta y setenta constituyeron el género que se dio en llamar landismo y sentó las bases de la comedia cinematográfica española en esa época, denostada por algún sector de la crítica como españolada.

Entre las películas que escribió se incluyen El día de los enamorados (1959), La gran familia (1962), Atraco a las tres (1962), Sor Citroen (1967), Los chicos del Preu (1967), Un adulterio decente (1969), La tonta del bote (1970), ¡Se armó el belén!

También escribió y dirigió la fábula rural ¡Aquí hay petróleo!