En los siguientes años, mantuvo su presencia en los escenarios madrileños, pudiendo destacarse su participación en la obra El jefe (1953), de Joaquín Calvo Sotelo,[3] junto a Mary Carrillo, aunque su primer papel importante fue en la obra de Alfonso Sastre Escuadra hacia la muerte (1953).
Tres años más tarde fundó su propia compañía con su primera esposa, la también actriz Amparo Soler Leal.
Durante los siguientes quince años estrenó hasta seis series que él mismo interpretó, escribió y dirigió: ¡Silencio... se rueda!
Y este estilo televisivo existe porque, salvo alguna excepción, Marsillach tenía todo el control creativo.
[7] Tras un parón de seis años, su regreso a la pequeña pantalla se produjo en 1982, con la serie histórica Ramón y Cajal (1982), interpretando al personaje protagonista, lo que le valió reconocimiento de crítica y público.
En ese mismo año dirige a una revelación de la década, Rocío Dúrcal, en Un domingo en Nueva York.
(1981), pieza satírica y en parte autobiográfica donde se describen las relaciones de pareja durante los años predemocráticos.
(1999), de Edward Franklin Albee, que él mismo interpretó junto a Núria Espert.
Por esta obra ganó el XI Premio Comillas de historia, biografía y memorias.