La inmunología es una rama amplia de las ciencias biomédicas que se ocupa del estudio del sistema inmunitario, entendiendo como tal al conjunto de órganos, tejidos y células que, en los vertebrados, tienen como función reconocer elementos ajenos dando una respuesta (respuesta inmunitaria).
La inmunología tiene varias aplicaciones en numerosas disciplinas científicas, que serán analizadas más adelante.
Así que alguien inmune se entendía como exento o libre de impuestos (y/o servicios).
Pasteur se fue de vacaciones y dejó su laboratorio con sus cultivos bacterianos, los que al paso del tiempo perdieron su patogenicidad.
En 1885, Pasteur vacunó por primera vez a un humano, Joseph Meister, un niño que había sido mordido por un perro rabioso.
Las investigaciones de Emil von Behring y Shibasaburo Kitasato fueron mecedoras del premio Nobel en 1901.
Así que los conocimientos dominantes eran de la denominada Inmunidad humoral: moléculas solubles en los humores del organismo.
Muchas otras sociedades antiguas tienen referencias de este fenómeno, pero no fue hasta los siglos XIX y XX donde el concepto fue llevado a la teoría científica.
La respuesta humoral inicialmente se refiere a los anticuerpos (solubles en los humores), aunque en la actualidad incluye a todas aquellas moléculas solubles que son elementos fundamentales de la respuesta inmunitaria (complemento, citocinas, péptidos antimicrobianos, etc).
En el siglo XXI, la inmunología está ampliando sus horizontes con las investigaciones desarrolladas en otros nichos más especializados.
También involucra enfermedades de otros sistemas, donde las reacciones inmunitarias juegan un papel en los rasgos clínicos y patológicos.
El sida es una inmunodeficiencia caracterizada por la pérdida de células T CD4+ ("helper") y macrófagos, que son destruidos por el VIH.
El uso de los componentes del sistema inmunitario en el tratamiento a una enfermedad o trastornos conocido como inmunoterapia.
Estos anticuerpos permiten el tratamiento de pacientes con patologías autoinmunitarias o autoinflamatorias, inmunodeficiencias, hipersensibilidades, y cánceres.
La inmunoterapia anti-tumoral ya se ha definido como la gran revolución médica del siglo XXI.
Los anticuerpos específicos para determinado antígeno pueden ser conjugados con un radio-marcador, marcador fluorescente, o una enzima reveladora (por escala de color) y son usados como pruebas para detectarlo.