Inmunidad (medicina)

[1]​ Entre el tiempo de Hipócrates y el siglo XIX, cuando se establecieron los cimientos del método científico, las enfermedades fueron atribuidas a una alteración o desequilibrio en uno de los cuatro humores (sangre, flema, bilis amarilla o bilis negra).

La palabra “inmunidad” deriva del adjetivo latin 'immunis', un término legal que significa exención de tareas (servicio militar, pago de impuestos u otros servicios públicos), una gracia que otorgaba el emperador.

[2]​ La primera descripción clínica de la inmunidad que surgió de una enfermedad específica por un organismo causante es probablemente Kitab fi al-jadari wa-al-hasbah (Un tratado sobre la viruela y el sarampión) escrito por el médico islámico Al-Razi en el siglo IX.

En el tratado, Al-Razi describe la presentación clínica de la viruela y el sarampión y pasa a indicar que esta exposición a estos agentes específicos otorga inmunidad duradera (aunque no usa este término).

También se dice que Mitrídates creó un 'antídoto universal' para protegerse de todos los venenos terrestres.

La inmunización, sin embargo, había existido de varias formas durante al menos un milenio.

[2]​ Existen dos tipos de inmunidad: Los microorganismos o toxinas que consigan entrar en un organismo se encontrarán con las células y los mecanismos del sistema inmunitario innato.

Los gérmenes que logren penetrar en un organismo se encontrarán con las células y los mecanismos del sistema inmunitario innato.

[5]​ La inmunidad pasiva proporciona protección inmediata, pero el cuerpo no desarrolla memoria, por tanto el paciente tiene el riesgo de ser infectado por el mismo microorganismo patógeno posteriormente.

Raras veces se usa en humanos porque requiere donantes histocompatibles, que son con frecuencia difíciles de encontrar.

[5]​ No obstante, ha sido usado para tratar ciertas enfermedades como algunos tipos de cáncer e inmunodeficiencia.

Este tipo de inmunidad es tanto activa como adaptativa porque el sistema inmunitario del cuerpo se prepara a sí mismo para futuros desafíos.

El sistema innato está presente desde el nacimiento y protege a un individuo de microorganismos patógenos sin importar las experiencias, mientras que la inmunidad adaptativa se presenta sólo después de una infección o vacunación y por lo tanto se "adquiere" durante la vida.

La inmunidad activa adquirida artificialmente puede ser inducida por una vacuna, una sustancia que contiene un antígeno.

El término inmunidad puede referirse a: En biología y medicina, al sistema inmunitario: Inmunidad adaptativa, estado de resistencia natural o adquirida, que poseen ciertos individuos frente a determinados agentes patógenos.

Por ello escribiremos, por ejemplo, "célula inmunitaria", "prueba inmunológica", "paciente inmune a una enfermedad" o "suero inmunizador".

Louis Pasteur en su laboratorio, 1885.
Uno de los primeros frascos de antitoxina para la difteria producidos (Fechado en 1895).
El curso temporal de una respuesta inmunitaria. Debido a la formación de la memoria inmunitaria, la reinfección en momentos posteriores lleva a un rápido incremento en la producción de anticuerpos y de la actividad efectuar del linfocito T. Estas infecciones posteriores pueden ser suaves o incluso inaparentes.
Póster de 1979, promoviendo la vacunación contra la viruela.