En los artrópodos, la cutícula es la capa más exterior del tegumento, inmediatamente por encima de la epidermis y segregada por esta.
Es una formación rígida, acelular (sin células), de estructura compleja y compuesta por quitina, entre otras sustancias.
La cutícula recién formada es flexible y elástica, pero experimenta el proceso de esclerificación mediante el cual se forman placas endurecidas llamadas escleritos entre las cuales hay zonas no esclerificadas, llamadas membranas articulares, que conservan la flexibilidad y permiten el movimiento del animal.
Las escleroproteínas, entre las que destacan la artropodina, la esclerotina y la resilina, otorgan rigidez a la cutícula.
El esqueleto interno es el conjunto de apodemas (invaginaciones del tegumento) donde se insertan los músculos.