[1] Los primeros restos prehistóricos que se conservan son hachas de la Edad del Bronce y dos castros situados donde actualmente se encuentran las iglesias de Santa María y San Francisco.
Una de estas vías, la Via XIX Per Loca Maritima, conectaba los tres principales centros administrativos gallegos: Bracara Augusta (Braga), Lucus Augusti (Lugo)[5] y Asturica Augusta (Astorga).
[8] Esta es la teoría que defiende actualmente, entre otros, el arqueólogo Antonio de la Peña Santos.
[7] Según un privilegio otorgado en 955 por el rey Ordoño II, durante la primera invasión árabe, Pontevedra fue un refugio para los obispos de Galicia y numerosos nobles del reino.
[16][17] En la segunda mitad del siglo XII, los primeros escritos conservados hacen referencia a un burgo llamado Ponte Veteri, en alusión al antiguo puente romano, en desuso por su ruina.
[20] Los privilegios y exenciones que se otorgaron a la ciudad actuaron como importantes dinamizadores de su actividad económica.
En 1386 Pontevedra evitó ser atacada y saqueada por las tropas inglesas del duque de Lancaster.
[16] En el siglo XVI, Pontevedra se convirtió en la ciudad gallega más poblada[26][27]con un gran puerto pesquero vinculado al comercio internacional, donde destacaba la actividad de exportación de salazones a Portugal.
[28][29][30] A finales del siglo XVI comenzaron a hacerse notar los síntomas de la profunda crisis en la que se sumió Pontevedra durante los siglos XVII y XVIII, y que tuvo su origen en diversos factores, desde las adversidades climáticas hasta las políticas, negativas para la ciudad y para Galicia, estas últimas llevadas a cabo por la Corona, que se desvinculó de una población que, pese a ser la más poblada de Galicia, iba languideciendo a medida que su principal actividad económica, la pesca, decaía.
Durante la Guerra de Independencia Española, el general Michel Ney intentó ocupar la ciudad.
Asimismo, se desarrollaron obras de infraestructura y saneamiento, se construyeron escuelas y hospitales como el nuevo Hospital Provincial de Pontevedra, se acondicionaron espacios de uso público como la Alameda del Arquitecto Sesmero y en 1884 llegó el ferrocarril a la ciudad.
[37] En las primeras décadas del siglo XX, Pontevedra vivió una especial efervescencia cultural y política.
En 1936 se produjo el levantamiento militar del general Francisco Franco, que dio paso a la guerra civil, alimentada por los odios y enfrentamientos acumulados a lo largo de los años.
Un cambio en la situación se produjo en los años 1960, que se caracterizó por un desarrollo sostenido que comenzó a manifestarse con mayor claridad a principios de los años 1970, coincidiendo con la muerte de Franco en 1975 y la transición democrática española.