Filas de árboles la dividen longitudinalmente en varios paseos paralelos.
En los muros circulares que delimitan esta parte oeste hay mosaicos de azulejos realizados por Carlos Sobrino Buhigas.
[1] Carlos Sobrino creó veintitrés mosaicos para la alameda de Pontevedra con diferentes paisajes y escenas, tanto rurales como urbanas, pintados en 1927 y realizados en Sevilla.
[3] La alameda se mantiene fiel a su diseño y trazado original del siglo XIX.
Tras la construcción del convento de Santo Domingo y debido a su influencia, pasó a ser conocido como el campo de Santo Domingo.
La alameda contaba con cinco amplios senderos delimitados por árboles en línea recta y un espacioso paseo.
A principios del siglo XX, en 1904, se inauguró el quiosco para acoger conciertos de músicos o artistas al crearse la banda municipal.
En los años 1950, estos pilares se redujeron considerablemente hasta la altura de la balaustrada.