En Pontevedra, los primeros antecedentes de los actuales jardines urbanos se encuentran en los huertos y vergeles de los conventos pertenecientes a las órdenes mendicantes que se establecieron en la ciudad en el siglo XIII: dominicos, franciscanos y clarisas.
Las autoridades comenzaron a financiar grandes jardines y parques urbanos, estableciendo una "jardinería pública" que se diferenciaba de los proyectos privados previos y que introdujo la arquitectura paisajista.
Posteriormente, en 1928, se añadió una gran escalinata de piedra y columnas decoradas con leones, restauradas en su diseño original en 2010.
Además, El Cafetín, que recuerda un antiguo café de principios del siglo XX, fue reinaugurado en 1987 con su estética actual.
A lo largo del tiempo, estos espacios verdes fueron objeto de mejoras y remodelaciones, adaptándose a las necesidades urbanas y sociales de sus entornos, consolidándose como importantes elementos del paisaje urbano.
Por otra parte, también en los primeros años del siglo XX, el indiano Casimiro Gómez Cobas creó un jardín ornamental en su propiedad de Monte Porreiro, Villa Buenos Aires, que décadas después se transformaría en el actual parque del Mirador.
El terreno de este campo fue transformado en jardín a principios del siglo XX.
[13][14][15][16][17] El Parque del Mirador de Monte Porreiro, originalmente un jardín privado creado por el indiano Casimiro Gómez Cobas a principios del siglo XX, fue diseñado por el paisajista portugués Jacinto de Matos.
Desde 2000, fue mejorado con áreas de descanso, senderos, un parque infantil, y pistas deportivas.
Durante este período, se adoptó una visión que combinó la estética con la funcionalidad, incorporando también áreas recreativas y zonas de juegos infantiles.
[27][28] En 1996 se creó en Campolongo el parque de la Seta en un terreno antiguamente ocupado por un eucaliptal.
Esta nueva visión no solo se enfocó en la creación de parques y grandes áreas verdes, sino también en la incorporación de arbolado en calles y paseos, reflejando una creciente preocupación por el entorno urbano.
[31] El parque, conectado a ambas orillas del Lérez por puentes peatonales, cuenta con junqueras, praderas, un pequeño bosque de eucaliptos, un paseo central y diversos senderos secundarios.
[32] El parque se compone de tres zonas principales: la marisma, el matorral, y la llanura pantanosa en la desembocadura del río Rons.
[35] También se encuentran el ciruelo de Pissard en varias avenidas como Reina Victoria o Virxinia Pereira Renda, el liquidámbar en la plaza del Hospital Provincial-calle Doctor Loureiro Crespo,[36] en la plaza de la Verdura o en la calle Espincelo, y el cerezo común en la calle Cobián Roffignac y japonés en la calle Rosalía de Castro.
A lo largo de este último se plantaron césped, arbustos y árboles como pinos piñoneros, higueras lloronas, liquidámbar, alcanforeros, perales Callery o alheñas.
[38] En 2008, se crearon más zonas verdes: el Parque dos Soutos, en A Parda; la senda del Lérez en la margen izquierda del río Lérez, desde Monte Porreiro río arriba;[39] el parque de María Vinyals en Campolongo, delante de la Ciudad Administrativa; y el Parque de Puente Bolera, ubicado cerca del río Gafos y la calle Gorgullón.
Está poblado de castaños, robles, alisos, olivos y alcornoques, entre otras especies arbóreas.
[49] Ese mismo año, se rehabilitó la margen derecha de la Senda del Lérez.