Gran Vía de Montero Ríos

Tras su muerte en 1914, la avenida fue dedicada a Eugenio Montero Ríos, por su gran actividad política en favor de Pontevedra.[1]​ Su diseño se incluyó en el proyecto encargado por el Ayuntamiento en 1880 al arquitecto Alejandro Sesmero para la ordenación y urbanización de la Alameda y fue destinada a acoger los suntuosos edificios institucionales representativos de la Restauración.El edificio fue diseñado por el arquitecto Arturo Calvo Tomelén, que se hizo cargo del proyecto en 1895.En 1893 se realizaron las obras y en 1894, año en que se finalizó el terraplén entre la Gran Vía y la Alameda, el arquitecto municipal Siro Borrajo Montenegro comunicó al ayuntamiento de Pontevedra que las obras estaban terminadas y que se podía proceder a su recepción.[5]​ El edificio, diseñado por los arquitectos Joaquín Rojí López-Calvo y José Lorite Kramer, se terminó a principios de 1926, con más retraso del previsto debido a la crisis económica.Se construyó una gran cruz, al estilo de las erigidas en la misma época en toda España.[12]​[13]​ El Ayuntamiento de Pontevedra optó por mantener la cruz de los años 1940 y completarla con un conjunto escultórico para convertir el homenaje a los soldados muertos por la patria en Monumento al Soldado.Limita al norte con la Alameda de Pontevedra y tiene un aparcamiento subterráneo debajo.[15]​ Al final de la Gran Vía de Montero Ríos, en el lado oeste, se encuentra el Monumento al soldado, obra del escultor Alfonso Vilar Lamelas.La fachada está organizada simétricamente, con un cuerpo central ligeramente adelantado y dos laterales de sillería con almohadillado.Sólo se conserva la cabecera, con cinco capillas absidiales correspondientes al brazo transversal del transepto, que constituyen el ejemplo más puro de arquitectura gótica en Galicia.
Gran Vía de Montero Ríos, parte final de la avenida
Placa de la Gran Vía de Montero Ríos