En 1956,[1] la arqueóloga lituana Marija Gimbutas (1921-1994) presentó su hipótesis de los kurganes, que combinaba arqueología y lingüística para ubicar la sede originaria (urheimat) de los pueblos hablantes del protoindoeuropeo (pIE).
En las estepas, el supuesto urheimat primario, seguirían existiendo hablantes de indoeuropeo.
Habría, por tanto, dos núcleos principales de indoeuropeización, cada uno siguiendo una evolución independiente: el urheimat secundario o «complejo europeo», fundamentalmente centum, y el urheimat primario, satemizado tras la separación, del cual seguirían partiendo tribus, como las iranias y las indoarias.
Actualmente se tiende más a destacar la diversidad cultural entre los grupos kurganes y la continuidad que se aprecia en Centroeuropa desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, que las ideas de Gimbutas de una "cultura kurgana" uniforme que provocó una ruptura con las costumbres neolíticas.
Un haplogrupo específico, el R1a1, definido por el marcador SNP M17 del cromosoma Y[4] es asociado por algunos con la cultura de los kurganes.
Otro estudio[10] concluye que la población india recibió un flujo genético "limitado" procedente de fuentes externas desde el Holoceno y sugiere que el R1a1 es originario de Asia occidental o meridional.