Estas momias tienen una cultura material y características genéticas que parecían indicar que su origen se encontraba al oeste de Eurasia.
Las primeras momias fueron descubiertas en la actual región autónoma de los uigures de Sinkiang, en China, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.
Así, en el curso de cuatro décadas previas a 2010, en torno a 500 tumbas fueron abiertas en toda la meseta del Tarim, las cuales contenían varias centenas de momias.
[2] Estas tumbas se ubicaban principalmente en las regiones de Hami, Loulan, Lop Nor o Qiemo.
[2] Un estudio en 2021, del sitio llamado Cementerio Xiaohe en Xinjiang, realizado por investigadores chinos, europeos y americanos analizó el ADN de 13 momias, secuenciando sus genomas por primera vez.