Al parecer, los incas en sus sacrificios religiosos ofrendaban normalmente víctimas sustitutorias, como llamas.
El Inca Garcilaso de la Vega y el jesuita Blas Valera (1548-1598), experto en quechua e Historia del Perú, niegan que practicaran sacrificios humanos.
María Concepción Bravo Guerreira dice: Recientes investigaciones, hechas en la región selvática sureste del Perú, han comprobado en ciertas tribus la persistencia actual del sacrificio ritual de doncellas (25/05/1997).
El inca supremo es quien ordenaba las normas de estos sacrificios (265, 273), y los tukuy rikuq (corregidores) y michuq (jueces) debían rendirle cuentas de su fiel ejecución (271).
Confirman lo afirmado, además de confirmar la presencia inca en el norte de Argentina (Tucumán), la presencia de la Momia Juanita, muerta alrededor del 1450 en las faldas del Ampato en Arequipa, Perú, la Momia Urpicha (Pichu Pichu), la Momia Sarita (Sara Sara), cinco momias encontradas en el nevado Misti y las Momias de Llullaillaco, encontradas en el nevado Llullaillaco, Salta, Argentina.